La Obesidad: Un Síntoma contemporáneo.

 


Lacan señala que “El cuerpo no se caracteriza simplemente por la dimensión de la extensión un cuerpo es algo que está hecho para gozar, gozar de sí mismo.”[1] En este sentido la devoración del obeso puede ser vista como un síntoma de una captura narcisística, donde la repetición del acto revela una dificultad para diferenciar y detenerse, lo que conduce a un comportamiento compulsivo y sin límites.

    Lacan, en su Seminario X sobre la angustia, aborda la noción de inhibición y la relaciona con la angustia y el síntoma[2]. Cuando hablamos de la devoración del obeso, podemos interpretarla como una manifestación de falta de inhibición. Esto implica una incapacidad para detenerse, una especie de voracidad sin límites. Sin embargo, también podemos entenderla como un impedimento para detenerse. Aquí, el impedimento indica que la persona está atrapada en un ciclo, incapaz de romper con su comportamiento compulsivo.

    Lacan señala que este impedimento ya es del orden del síntoma. Esto significa que la repetición del comportamiento, en este caso, la devoración, se convierte en un síntoma que revela una dificultad subyacente. La repetición del acto no parece exigir ninguna diferencia, lo que indica una especie de captura narcisística donde el individuo está limitado en cuanto a lo que puede invertir como objeto de deseo.

    Lacan nos lleva a considerar la pulsión oral y su relación con el objeto a, el objeto de deseo en su teoría. La pulsión oral, en lugar de implicar una fusión con el Otro, se encuentra marcada por la presencia de la placenta, que representa un elemento separado, roto, en contraposición al pecho que se considera como adosado al cuerpo de la madre, pero no parte de él. Esta noción del objeto placa, como algo adosado pero separado, nos lleva a reflexionar sobre la estructura del objeto a y su relación con el yo[3].

    El objeto a, al ser rechazado de la unidad del yo, presenta una estructura agujereada que no encaja en la organización yoica, la cual Lacan describe como una figura entera sin agujeros. Esta falta de encaje del objeto a en el yo es lo que constituye la esencia de la neurosis según Lacan, como la imposibilidad de integrar este objeto en el plano imaginario en conjunción con la imagen narcisista.

    Este enfoque nos permite entender la obesidad desde una perspectiva clínica. La obesidad podría considerarse como un síntoma de esta dificultad para integrar el objeto de deseo en la estructura del yo. Al entrar en análisis, el paciente "obeso" podría confrontarse con esta imposibilidad de integrar el objeto de deseo, lo que guía al analista hacia una comprensión más profunda de la dirección de la cura y los desafíos que pueden surgir en el proceso terapéutico.

    La obesidad puede ser vista como un esfuerzo del sujeto dividido por hacer coincidir diferentes campos de experiencia: lo pulsional, lo activo, el campo del Otro y el campo del significante. Esta conjunción del sujeto en el campo de la pulsión y en el campo del Otro es crucial para comprender la dinámica de la obesidad. El individuo obeso parece lograr este esfuerzo de manera efectiva, haciendo coincidir aspectos pertenecientes al campo de lo pulsional y del significante.

    De lo hasta aquí expuesto nos lleva a considerar la obesidad como una expresión compleja de la subjetividad, donde se entrelazan diversos elementos como la satisfacción pulsional, la relación con el Otro y la dinámica del deseo. La obesidad puede ser vista como una forma particular en la que el sujeto busca establecer un equilibrio entre estos diferentes aspectos de su experiencia subjetiva. 

    Por último, cabe preguntarnos: ¿Existe malestar en la obesidad? Desde el discurso médico se reconoce el riesgo, pero podríamos interpretar que también hay una especie de satisfacción en juego. Esta satisfacción ya no se encuentra en el ámbito del saber no sabido, sino que pertenece a otro orden, más silencioso y pulsional.


[1] Lacan, Jacques, “Psicoanálisis y medicina”, en Intervenciones y textos I. Buenos Aires: Manantial,1999, pp.86-99.

[2] Lacan, Jacques, Seminario X: La angustia. Buenos Aires: Paidós, 2006, pp.18-19.

[3]  Lacan, Jacques, Seminario XVI: De un Otro al otro. Buenos Aires:Paidós, 2008, p.237. En la referencia al pecho materno, una lectura metapsicológica puede ubicar la alusión de carácter kleiniano; cf., p.ej.,Klein, Melanie, Envidia y gratitud. Buenos Aires: Nova, 1960.

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